No es secreto que al día de hoy estamos viviendo una gran crisis global, que nos invade de temor y angustia; y ocupa gran parte de nuestro pensamiento. Y que esto nos lleva a emplear mucha energía en imaginarnos un futuro no muy prometedor. Sin embargo, ya sabes lo que dicen, donde está tu atención, está tu intención.
Por ello es que quiero escribir un poco acerca de la “Ley del pensamiento dominante”
Cuando nacemos somos seres limpios, basta con observar a un niño pequeño para darnos cuenta que su esencia es alegría, bondad, juego, todo lo ve de manera clara, no existen las limitaciones y sabe que todo es posible… conforme vamos creciendo nuestra visión se va opacando, debido a creencias, normas sociales, aprendizajes de nuestro entorno, etc.
Y llega el punto en el que nuestro cristal es tan opaco que hemos perdido el enfoque, y algunas veces incluso llegamos a perder el interés por todo o casi todo, nos damos por vencidos y nos situamos en la negatividad.
Entonces ¿cómo podríamos retomar nuestra esencia? Actitud positiva… sin embargo no hablo de esta actitud positiva sin fundamento en donde solo pintamos nuestro cristal opaco color de rosa… hablo de una limpieza profunda de dicho cristal, para lo cual primero necesitamos ubicar en donde es necesario limpiar, y para ello requerimos auto-observarnos y observar nuestros pensamientos, si tenemos pensamientos positivos durante 5 minutos de nuestro día y el resto de nuestro tiempo activo lo enfocamos en todo lo “malo”, en lamentarnos y lloriquear nuestra “suerte”, el resultado es evidente, tendremos una vida muy difícil.
Nuestra mente es la puerta de acceso, nosotros tenemos el poder de elegir que dejamos entrar en ella y que no, así es que tómate unos minutos al día para pensar en todo lo “malo” que hay a tu alrededor y toma nota de ello, una vez que consideres que has vaciado todo en ese trozo de papel, ponlo frente a ti y cuestiona cada afirmación como si alguien más lo hubiese escrito, y estoy segura que descubrirás que muchas de esas afirmaciones carecen de fundamento.
Una vez que hayas cuestionado cada afirmación pregúntate si hay algo que puedas aprender de todo eso “malo” que has vivido, ¿habrá algo que pudieras agradecer?, ¿te ha brindado alguna enseñanza? Tal vez realmente no ha sido tan “malo” solo que nuestro cristal estaba opaco, entonces cambia tu pensamiento negativo por un pensamiento de oportunidad y haz de éste tu pensamiento dominante, porque donde está tu atención, está tu intención.
Recuerda que el pensamiento siempre precede a la acción, entonces limpia tu cristal de todos esos pensamientos negativos, dale el peso justo a cada situación y reinvéntate cada día.
¡Atrévete a ser mejor!
Creo que su mensaje ríen e toda la razón, aunque el observarnos no es tarea fácil, porque actuamos de manera inconciente y cometemos muchos errores.